miércoles, 5 de marzo de 2008

Persépolis


Aunque los libros de Quino me acompañan hasta ahora –a modo de quinoterapia–, no había descubierto muchos más autores de cómics hasta que una amiga me invitó a la presentación del libro de una artista iraní. Acepté la invitación con más ganas de verla y reírnos un rato que de asistir al evento El. nuevo libro se llamaba Borados y era de Marjane Satrapi.

Un poco incómoda por no tener dónde sentarme empecé a escuchar la historia de Satrapi y sus dibujos, como testimonio vivo de la historia reciente y cotidiana de ese país. Como, por ejemplo, el sha repartía opio entre la población para adormecerles el criterio; las decenas de operaciones estéticas que se realizan las mujeres en el rostro; la importancia de la poesía popular, o la complicidad femenina en el momento de bordar, como un espacio íntimo y desenfadado.

Al día siguiente, con curiosidad de gato, decidí remontarme a los orígenes y buscar su primer libro (Persépolis) en alguna biblioteca pública de Barcelona. Feliz de haber encontrado la obra de manera gratuita, sin perjudicar mi presupuesto de mileurista, empecé a leer Persépolis casi igual de emocionada que cuando abrí mi primer Mafalda. Y, fue un amor “a primera leída”.

Meses después, cuando supe que llegaría Persépolis al cine tuve miedo que pasara algo similar a lo que me pasó con Mafalda a todo color. Pánico de pagar con sacrificio una entrada al cine para salir con la sensación de haber sido estafada y además haber soportado la grandilocuencia de una mega-producción, que mata sin reparo la sutileza e inteligencia de la autora. Me armé de valor y, con mi usual “no espero nada”, fui a ver la película a una de las cinco salas de la ciudad que la proyectaban en idioma original.


La historia de Marjane Satrapi, una joven que vive la revolución islámica, la persecución política, la guerra con Irak y su exilio en Europa, fue llevada al cine con la alta sensibilidad de Vincent Paronnaus, acompañado de la talentosa mano de Satrapi. De repente esa niña, que me había conquistado meses atrás en el libro, estaba en la pantalla exactamente igual como la había imaginado. 95 minutos maravillosos.

Persépolis fue vetada por el gobierno iraní en el Festival de Cannes 2007 y, la noche que yo la vi en el cine logró que los espectadores olvidaran el pudor en la oscuridad de la sala y aplaudieran.

...porque negar la historia de un país es negar la posibilidad de cambio.

5 comentarios:

La Ballena Elena dijo...

Estoy impaciente por buscar Persépolis en la biblioteca

Anónimo dijo...

Yo también tengo muchas ganas de leerla y verla, las dos cosas.

illa dijo...

Gracias por los comentarios, qué ilusión!
Persépolis película y libro son altamente recomendables. Los tomos del libro los encontré en la biblioteca Sant Pau -Santa Creu en el Raval. Ya me dirán... ;)

Señorita Puri dijo...

Qué maravilla de película qué bonita, dulce, bien rodada, meotiva... es una pasada.compré el nuevo tomo y tengo pendiente leerlo.
Me chifla cuando las flores con las que la abuela cubre la ropa vuelvan por la pantalla. Mucho Pixar, mucha memoria RAM y esta peli les da mil y 2 mil vueltas.
Besitos!

Anónimo dijo...

Me encanta!! vi la peli, y al dia siguiente me compre el comic. Una buena manera de conocer otras culturas, y la historia de un país, del que (al menos yo) no tenia mucha idea.

El comic, mas completo, pero la peli....mas sentimental. Acabe con el corazón encogido!